Destrucción de Marca
El valor de marca, es la percepción que tiene un usuario sobre una compañía y sus valores, y estos valores deben ser cuidados y protegidos minuciosamente. Es tan importante, que se le asocia a conceptos como fidelidad del cliente e identificación positiva de la marca, siendo uno de los activos más valiosos para cualquier compañía. Ocasionar un daño a este valor puede ser crucial para la empresa. Por este motivo Eco-Reprocesos cuenta con un sistema altamente confiable para el desecho de estos materiales, permitiéndole a sus clientes auditar en todo momento el proceso hasta su disposición final.
Todos los productos que se fabrican a nivel industrial o artesanal, tienen como destino terminar convertidos en un residuo, en el escenario ideal solo se desecharía el empaque y este podría ser reciclado. sin embargo, en algunos casos puede darse que el producto se deseche sin haber sido utilizado en su totalidad, y que no solo el empaque, sino también su contenido se convierta en un residuo. Ambientalmente hablando esto ya representa complicaciones en su tratamiento y disposición, y mucho más cuando la cantidad de producto consiste en varias unidades, pudiendo ser un lote o varios, llegando a pesar toneladas. Esto puede pasar por diversos motivos, como vencimiento, contaminación, cambios de empaque, temas legales, siniestros, etc.
Cuando se disponen grandes cantidades de productos terminados hay que considerar tres posibles impactos importantes:
- Impacto ambiental
- Impacto económico e
- Impacto de marca
Cuando se tiene que disponer una gran cantidad de material empacado, hay un importante impacto ambiental, ya que por un lado se descarta una gran cantidad de empaque que resulta muy difícil o demasiado costoso de reciclar, y a su vez el producto contenido aporta una enorme cantidad de carga orgánica o química que puede impactar negativamente en suelos, cuerpos de agua, y propiciar la propagación de plagas y agentes patógenos.
Es por ello que es importante disponer de manera adecuada este tipo de residuos, contratando a una empresa que vele por la total eliminación del producto y garantice que el subproducto que quede después del tratamiento, se pueda disponer de la manera correcta, obteniendo un impacto mínimo en el medio ambiente.
El impacto económico lo recibe el fabricante, ya que estos productos llevan un costo de producción, una carga fiscal y existe un margen de utilidad que ya no se recuperará, adicional a estos cotos se debe sumar los gastos de tratamiento y disposición final.
Estos costos pueden mitigarse por varias vías, una es asegurar las cargas, y aunque esto puede aumentar los costos, reduce considerablemente la perdida económica, ya que el seguro absorbe la mayor parte del costo del producto. Es necesario evidenciarle a la aseguradora que todo el producto fue eliminado de manera adecuada y esto debe estar respaldado por un informe certificado de disposición correcta.
En algunos casos es posible reducir también la carga fiscal del producto a destruir, haciendo un tramite de baja de inventario ante la SAT. En este procedimiento se debe notificar a la autoridad tributaria que se dará de baja un inventario y que se buscará recuperar parte del valor de los impuestos. Para lograr esto es de suma exigencia tramitar una licencia de disposición final controlada, y respaldar el proceso con la licencia ambiental y el proceso propuesto por la empresa que realizará la destrucción de los productos.
Con el impacto de marca se debe tener un cuidado especial, ya que es posible que la disposición inadecuada de un producto permita que termine en manos de personas que intenten comercializarlo, y al hacer esto pondrán en riesgo la salud de los consumidores y la reputación de la marca, exponiéndola a un “linchamiento mediático”. Esto quiere decir que cuando alguien se vea afectado por un producto en mal estado, no tomará represalias contra la persona que se lo vendió, sino contra la empresa encargada de la fabricación o distribución del producto.
En algunos casos se puede considerar la alternativa de la donación, únicamente cuando el problema del producto no afecta su seguridad de consumo o uso. Sin embargo, se han dado muchos casos en que las entidades encargadas a actuar como intermediarios en la donación, no tienen los controles necesarios y los productos terminan siendo comercializados, y en otros tantos los mismos beneficiarios terminan siendo los que lo comercializan.
La mejor alternativa y la más segura, termina siendo la destrucción controlada por una empresa autorizada que obtenga todas las medidas en el control y trazabilidad de dichos desechos, y de esta forma asegurar que el 100% del material sea puesto a disposición adecuadamente, legalmente correcta, ambientalmente amigable y tomando todas las medidas para que el proceso sea lo más económicamente viable.
